Separaciones y Custodias

Ante las crisis matrimoniales o de pareja los psicólogos pueden intervenir de diferentes formas y en momentos distintos. Podríamos decir que hay tres momentos claves: antes de una separación, durante el proceso de separación y tras la separación.

Cuando el Psicólogo interviene durante el proceso de separación, puede hacerlo desde diferentes enfoques, uno clínico y otro forense. Desde un punto de vista CLÍNICO, se puede prestar apoyo en el momento de la crisis desde una terapia individual a los miembros de la pareja si así lo requieren, o a los menores de ésta según la necesidad. Desde un punto de vista FORENSE,  el psicólogo actuaría como asesor de los jueces acerca de las decisiones sobre guarda y custodia realizando una peritación.

Antes de las crisis matrimoniales el papel del psicólogo puede ser muy diverso. En primer lugar tendríamos un enfoque más CLÍNICO, es decir, como terapeuta de pareja con el objetivo de buscar soluciones al conflicto existente. Esta suele ser la intervención más frecuente aunque no es la única. Otra forma de intervención sería la actuación como MEDIADOR. La mediación familiar, con poca tradición es España, es un proceso negociador en el que se ayuda a tomar decisiones acerca de la separación.

La mediación no es un proceso de tratamiento como la terapia de pareja, sin embargo puede ser muy “terapéutico” a medio y largo plazo si tenemos en cuenta que con ella se intenta minimizar el impacto que supone una separación matrimonial a la pareja y sobre todo a los menores implicados. En la mediación el psicólogo interviene normalmente con otro profesional, generalmente un abogado. En estos casos los profesionales actúan de forma imparcial, sin evaluar ni ofrecer la solución idónea, sino ayudando a que la pareja de forma activa tome sus propias decisiones, sobre todo en aquellos puntos más conflictivos como pueden ser los acuerdos económicos o la guarda y custodia de los menores. Generalmente tras la mediación se redacta un documento que puede servir como base para la tramitación legal de una separación de mutuo acuerdo. Como asesores en este ámbito pueden “sugerir” una vez realizada la evaluación, el intentar una Mediación si ve posibilidades de acuerdo, una terapia individual si considera que algún miembro de la familia lo necesita, o una exploración más a fondo para poder orientar sobre la guarda y custodia. A la hora de valorar cual es la mejor opción sobre la guarda y custodia, el psicólogo debe buscar la opción que mejor se adapte a las necesidades de los menores dependiendo de las características individuales de cada caso. Tras la separación, los psicólogos pueden nuevamente intervenir desde un punto de vista clínico, dando un apoyo a algún miembro de la pareja y/o alguno de los menores para poder afrontar de una forma adecuada la reestructuración familiar. De igual manera, es muy frecuente que los psicólogos puedan intervenir asesorando a los jueces realizando una peritación, o bien porque no se haya realizado en el momento de la separación y en este momento sea necesaria, o bien porque haya nuevas decisiones que tomar (cambio de domicilio, cambio de colegio, ampliación de régimen de visitas, cambio de custodia, etc.).

 

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